martes, 27 de noviembre de 2007

va i ven


Todo en la vida vuelve, es un bumerang constante que no deja de regañar cada mal paso que se da. Pero la inconstancia de los vaivenes a veces hacen que las caídas sean precipitadas, porque la angustia de la espera es mas dolorosa que saberse vencido.
La lucha constante por recibir, no siempre nos hace dar lo que se puede; a veces se da de mas, y eso lleva a quedar vacío y sin ganas para la próxima batalla. Un aire de soledad que ronda ante la realidad de no ser correspondido, de no recibir nada, de no poder querer, de no querer querer.
El ímpetu es pasión, el amor es energía pura en su máxima expresión, la única locura aceptada como normal y sana, aunque es la más idiota de todos los tipos de locura que existen.
Es que se deja de dominar el cuerpo, todo golpe recibido hace soñar con el momento de la gran victoria, cada desengaño nubla y resta sentimientos futuros pero en el presente sólo llena más las expectativas ya generadas.
Masoquismo en su elevado esplendor, plenitud de actuaciones, estrategias, mentiras, sonrisas falsas, abrazos contenidos, y noches dramáticamente olvidadas.
Un escape es pensar en lo imposible, porque todo ese dolor es por tapar algo más profundo, algo mas hiriente que puede ser mortal, más que ese amor incondicional por algo que no se va a lograr. Eso que se tapa es la imposibilidad de amar. Es que el ser humano no puede no tener en quien pensar, y se busca un objetivo que sea lo mas rebuscado posible para no lograr nunca el conseguirlo y para estar a salvo entre sueños inventados que nunca se concretaran.
El miedo al compromiso. Ésa palabra ya está llena de miedos y pensamientos demasiado densos como para aceptarlos. Un solo paso en falso y ese compromiso inmediatamente será fracaso. Es mas seguro quedarse en lo soñado que salir a buscar lo real. El amor ideal, lo onírico de las imágenes inventadas o extraídas de las más románticas historias nunca contadas. Mejor quedarse quieto que saltar.
NO! Ironía pura, la realidad es mas que un sueño, es mejor, se ve, se palpa, se siente!. Se sufre y se deja escapar. Dejar escapar a la realidad es dejar de vivir. No saltar es hundirse sin conciencia. Es verdad que se cubren los miedos con delirios, pero de eso se trata, locura, PURA en su máxima expresión.

Mientras, la búsqueda de la realidad puede ser caprichosa y engañosa, puede querer escurrirse de las manos de quien la quiere tomar por sorpresa, y dejar en el camino huellas de sueños, ésos que quieren tapar el sol con un dedo. Pero nunca será tan hábil como no dejarse ver. El problema es sólo cuestión de tiempo, pero sobre el tiempo…. Uhhh esa es otra historia…

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