
"Las mentiras esconden sentimientos más fuertes que ciertas verdades, son necesarias cuando no sabes cómo afrontar errores y pecados que en definitiva, te lastimarán más que a tu interlocutor. Son papeles de una obra que desarrollás pensando sólo en vos bajo un manto de piedad por otro, pero que no es más que un engaño vil, ante lo inevitable y doloroso que es, no saberse suficientemente correpondido. La mentira es el reflejo de una realidad tan cruda como insoportable, porque si esa realidad no te agobiara, no sería necesiario mentir. Es más fácil cerrar los ojos para no ver lo que pasa a tu alrrededor, y más fácil respirar profundo y seguir a paso firme, que detenerse a escuchar cuanto te puede conmover ése suspiro que tanto temés pero que tanto te llena.Un grito de libertad que te ata más que los recuerdos, esos que te pesan tanto como tus noches de lucidez. Pero si la verdad es relativa, la mentira no puede ser absoluta, en cada una existe también algo de cierto.
Cada palabra repensada implica una sensación de vacío que nunca vas a llenar con traición, y si no sintieras que traicionas, para que mentir entonces? El camino es mas corto y recto, pero es casi obligatorio querer convertirlo en un laberinto para creerse mas capaz. No es obligación sentir ni hacer, no como lo pensás, las cosas que implican una obligación no dan placer, pero las cosas que nos cuestan esfuerzo son las más satisfactorias.
Sólo dejarse ser.
Y si esa última frase fuera tan fácil?. Y si verse a uno mismo como lo que realmente quiere ser no fuese doloroso?. Si fuera simple descubrir qué se quiere ser y cómo llegar a ello?. Entonces no sería necesario mentir, no se podría evitar quedar expuesto ante el enemigo, todo se daría de manera casual y no causal. Nada tendría el valor que tiene, y si hoy nada se valora, entonces nada sería digno de sufrimiento. Eso que genera lágrimas es lo que se quiere, y lo que ahoga, lo que se ama. Y todo vuelve a ser lo de siempre, un círculo vicioso, que se cerrará cuando al fin sonrías con ternura y timidez aceptando que sos vos.
Y ahora no estás. Tu lugar es un rincón perdido entre la noche que mas duele, acompañado de eso que crees te va a hacer feliz. Y ojalá así sea. Pero temblás inconstante, respiras humos de rencor que no te dejan llenar tu pecho con nada tan bueno como para hacerte bien. Todo lo alejas. Porque sin saberlo, nada querés. Mirás para abajo creyendo que eso alejará tus fantasmas, miras al cielo en búsqueda de respuestas que llegan, pero que te hacen cambiar constantemente. Y dejas de ser vos. Eso que te gusta tanto, eso de lo que pregonás ante la inconmensurable realidad de saber que ya no está. Dejaste de buscarlo. Ser no es solo estar. Es seguir, es pelear, es convivir con lo que dejaron los desechos de frustración. Evitarlo te hace vulnerable. Negarlo te aleja de tu identidad.Y las palabras son sólo cuestión de hechos, trasformados en acontecimientos a través de un relato hueco que reclama algo que no puede dar… sinceridad.”
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