A días

A veces creo que me voy a ahogar en mi propio mundo sin poder volver a amar. Y tengo tanto para dar contendido que desbordo y no se para donde disipar la adrenalina que eso me da.
Contengo por autocensura, porque no quiero volver a dar de más. Pero cuadno me supera nunca sé elegir el punto donde tengo que dirigir el excedente de pasión que ya no puedo ocultar.
Yo se muy bien lo que es no saber como querer a alguien, pero desesperarme por la sensación que me da una sola mirada de esa persona. Yo se lo que es llorar en un abrazo sincero, porque el pecho no retiene la calidez y debe expresarse. Esa furia de explotar en una sonrisa que dice mil veces más que las palabras.
Pero también se muy bien que es no encontrar respuesta en ese abrazo, ni hallar reflejo en esa sonrisa, y sobre todo… no recibir el equivalente a la pasión que yo le pongo a lo que quiero.
Sin poder respirar profundo, al borde del aislamiento eterno, creyendo que el nudo sólo se irá con el adiós. Mis manos tiemblan de vacío, y mi tolerancia se pregunta si dar hasta dejar de sentir es lo correcto, o sólo debo sentarme a esperar.