lunes, 19 de enero de 2009

Lunes otra vez

La ansiedad que provoca tu ausencia es un ápice de melancolía, comparada con lo que genera tu presencia. Proque estás pero divagas entre la llama apagada de ese momento de desvío y el orgullo de saberte adorado.
Sos cada palabra que digo en el momento menos indicado, sos cada uno de mis enojos y desaciertos en los que me enredo sin salida, hasta que otra vez te vas.
Una mano, una caricia esquiva y una mirada que dice demasiado, más de lo que puedo soportar. Intuición o deseo oculto, ya no se que es lo que me lleva a leerte tan claramente, porque no se si esa claridad significa lo que tus silencios dicen.
Tal vez quiero tanto superar esa mala espina, que uso tu ímpetu momentáneo para tapar el gran vacío que dejó. Quizas tengo que dejar de estar alerta y cuando menos lo espere, tu hombro estará dispuesto para mi.
Todo se mezcla entre risas y extraños suspiros. Entre reproches infundados, y palabras dichas al azar, para tapar las que realmenete deberían decirse.

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